'Il Rosso', una leyenda del smooth dance: "Así conquisté a Secondo Casadei"

Renzo Vallicelli, nombre artístico "Il Rosso", fue el miembro más joven de la Orquesta de Secondo Casadei, justo al comienzo de su carrera como figura clave en la época dorada del liscio. Es el artista invitado con su trompeta, instrumento del que es un virtuoso, en el concierto de Balamondo de mañana en Gatteo Mare (Arena Rubicone, 21:30 h), donde se unirá a la Orquesta Popular Folclórica de Mirko Casadei para interpretar clásicos tradicionales de la Romaña, muchos de ellos escritos para él. También actuará la Compañía de Danza de Rímini.
Vallicelli comenzó a tocar en orquestas cuando asistió al Conservatorio.
Sí, en los años 60 debía graduarme del Conservatorio de Ferrara, y una noche, en el bar de Forlì donde se reunían los músicos, Fabrizio Pausini, el futuro padre de Laura, considerado una leyenda del mundo orquestal, se me acercó y me preguntó si quería unirme a su cuarteto en una gira por Suecia. Tenía 19 años, nos íbamos en tres días, y el día anterior tenía mi examen final. Mi padre fue inflexible: «Puedes ir», me dijo, «siempre que lo apruebes». Y así fue.
Ella sabía poco sobre baile suave.
¡De nada! Tuve una formación académica clásica, a la que añadí mi pasión por el funk —mis ídolos eran los cantantes afroamericanos— y por el rock. A esto hay que añadir que la trompeta, entonces como ahora, no se encuentra entre los instrumentos habituales en la danza liscio.
Pero fue muy bien.
Sí, hasta el punto de que la noticia de que había un joven trompetista de Predappio que empezaba a ser solicitado por las orquestas locales llegó a oídos del Maestro de Maestros, Secondo Casadei, quien, nada más regresar de Suecia, me ofreció un puesto en su banda, que era una especie de desfile de celebridades de la música suave.
Allí su carrera despegó.
Secondo comprendió que debía destacarse el hecho de que yo tocara un instrumento como la trompeta. A esto hay que añadir que yo era un artista, cantaba, era un chico ingenioso, con ganas de bromear, y eso le gustaba. Hay muchas composiciones de Secondo escritas con esta característica mía en mente, que no existía en las orquestas; eran grupos bastante serios.
De 1969 a 1971 con Secondo y luego con Raoul.
Años inolvidables. Raoul fue un auténtico líder. Gracias a él, la danza liscio finalmente trascendió los confines de la Romaña para convertirse en una música popular nacional. Él, al igual que Secondo, quería que mi papel fuera más que el de un simple músico de orquesta. Recuerdo a Mirko de niño, cuando lo recogíamos en el autobús de Casadei y quería subir al escenario con nosotros y su padre.
Ahora os encontraréis juntos en el escenario de Balamondo.
Será una celebración de esta música y de aquellos —Segundo, Raoul y ahora Mirko— que contribuyeron a hacerla tan conmovedora. Interpretaremos todas las canciones tradicionales, desde "All'osteria" hasta "Simpatia" y "Romagna capitale". Al igual que su padre Raoul, entre canción y canción, seguiré animando, recordando esa maravillosa epopeya.
İl Resto Del Carlino